Las uñas
como el alma
me crecen
y se me llenan
de mierda
como el jazminero
del patio
de la casa
vecina
donde grita
una mujer
de madrugada
golpe a golpe
verso a verso
sin que venga
la puta
policía
me crecen las uñas
y la barba
y a ti los pelos
del coño
ese santuario
semiabandonado
donde tantos
encendieron velas
me crecen las uñas
y se me fosiliza
la mugre
como en los recovecos
inverosímiles
de la sangre
mientras la luna
irónica
se fuma las colillas
tiradas
en los parques
y aún no soy mi propio
cadáver
pero
no sé donde he puesto
las putas
tijeras
ni las busques, creo que yo atajaría la cuestión acostumbrándomea a la mierda en las uñas, a la dejadez en el pelo, a todo, menos a lo moralmente impuesto.
ResponderEliminarYo uso la escoba para volar, y alejarme de la realidad, no para barrer, para barrer está el resto de los mortales.
Un beso.
tiene que ser una aventura florecer en las batuecas
ResponderEliminarlo contrario de comer croquetas de mierda ¿no?
Hola.
ResponderEliminarDa lo mismo de la forma que lo cuentes, el relato extremece, la verdad es que cuando mas necesitas algo no viene o no lo encuentras.
Un saludo
de nada importan las tijeras,
ResponderEliminarlas mierdas ni las colillas
-todo sigue ahí donde lo dejamos.