A broken bundle of mirrors
EZRA POUND
Tengo hasta la esperanza
de que cabezas como las que vienen
no podrán ni imaginarme
JOSÉ MARÍA ÁLVAREZ
Qué quedará de tí
cuando la lozanía se marchite
en espejos testigos de ceniza,
cuando bajo las bóvedas del tiempo
sólo quede la luz de la memoria
como un viento insidioso,
como el incendio frío de tus huellas.
Cuando el mañana sea una catedral de hielo
poblada de oficiantes
con la casulla de la necedad
entre estatuas decapitadas y legajos
drapeados de sílabas de luz pretérita,
abrevaderos de sangre,
solaz de los vampiros.
Cuando ninguna mujer tolere
tus gracias, tus ebriedades líricas,
ni una página escrita con la tripas
que no sea rentable a fin de mes.
Cuando el sexo sea una playa bajo la tormenta
en una isla de Escocia,
como leer la Biblia con resaca
o plantar marihuana entre la nieve.
Cuando toda belleza sea ya humo,
el humo del tabaco del insomnio,
el humo de los días que se fueron,
el humo de los años que te queden
arrastrándote
por las calles sin alma de un presente
cincelado en la piedra más obtusa.
Qué quedará de tí
cuando toda poesía sea un calvo adefesio
y el dinero se convierta
en la única hoguera donde arder,
si es que antes no escoges
esa espinosa senda del morir matando,
trizando entre tus dedos
un puñado de espejos
y escupiendo al destino en su cara de idiota.
Una úlcera crónica con viejo
contando batallitas
en mitad de una calle
poblada de fantasmas
mientras se abren las flores del invierno.
Una lápida anónima, un soplo
sobre el rocío escarchado
en la hierba salvaje del futuro.
Un legado de lágrimas de aire.
Una nada entre nadas en la niebla.
Westport, Irlanda
Septiembre de 2007
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