A new skin for the old ceremony
LEONARD COHEN
Siguen ardiendo las viejas palabras
en la tiniebla helada
del mundo/ descompuesto
pieza a pieza/ con devoción insomne
por las necias manos cadavéricas
de un puñado de hijos de puta
que avergonzarían a sus madres.
El sol sólo desvela un escenario
con la luz fatigada de unos ojos
que han visto demasiado,
y profetizan
la mañana tiene dientes afilados
ya no hay ríos que arrastren tanta sangre
y la música es un juguete roto,
mi amor/ la música
es un juguete roto
y los besos de niebla que me brindas
-ya no hay ríos.
saben a escarcha verde
o a pantano. La música, mi amor,
es un niño de lluvia
junto a un cauce de sombras
-ya no hay río-
y el vino se ha adensado
en hiel compacta
y el muro se alza lento/ piedra a piedra
y cada piedra es una cabeza humana
un torso, extremidades
putrefactas, la música
es un grito velado
en el fondo de un pozo/ hogueras
mínimas
las palabras
el miedo
mi amor/ el miedo
ahora que no hay ríos
que arrastren tanta sangre
y la niebla/ los besos
hediondos
la música rota
de un grimoso espejismo de tinieblas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario