Soy dado a las mujeres y a los acordeones
a escribir con las tripas cada verso de blues
a viajar sin maletas pero con dos cojones
a perder cada noche el último autobús
escribano nocturno de la melancolía
amanuense sin ganas de la insatisfacción
asqueado de tanta dudosa luz del día
de un mundo que me hastía en su desolación
estoy hasta la polla de la literatura
de la oscura tramoya de los subvencionados
de popes del negocio y de hojas parroquiales
de tanto capillita cagón de la impostura
de tantos maricones con cheques conformados
de este país de mierda lleno de subnormales
Desahógate más en los sonetos. ¡Que suene la rabia! Ponle melodías a las partituras de versos, distrae al amor con panópticas promesas y sucumbe en el frágil estilo que otorgan las letras transparentes. Lo tuyo es la poesía.
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